Baden-Wurttemberg es uno de los 16 estados que componen Alemania. Allí se encuentra la popular Selva Negra, así como las icónicas ciudades de Mannheim, Heidelberg y Stuttgart. De hecho, el famoso castillo de Hohenzollern se ubica a 50 kilómetros al sur de Stuttgart, en la cima de un monte llamado monte Hohenzollern.
Sobre el Castillo de Hohenzollern
Aparte de ser una de las fortificaciones más bonitas del país, es el prototipo de castillo perfecto. Se sitúa en lo alto de una colina y domina todos los valles que lo rodean. También cuenta con murallas que lo protegen y con varias torres y almenas. Así que, es lo que se podría denominar como un “castillo de película”.
La fortaleza es una de las viviendas más llamativas de la familia Hohenzollern, ya que ha sido la única que ha demostrado el poder político y económico de Prusia y Brandemburgo desde la Edad Media hasta el final de la Primera Guerra Mundial.
La actual fachada del castillo de Hohenzollern no es la original. Esto debido a que en la misma localización se alzó un primer castillo en el siglo XI, que fue destruido luego de un ataque proveniente de las ciudades imperiales de Suabia, ocurrido en el siglo XV.
Años después, el fortín volvió a levantarse y estuvo finalmente terminado en el año 1461. Tras la guerra de los Treinta años, el castillo pasó a ser propiedad de los Habsburgo, quienes lo ocuparon hasta la Guerra de Sucesión Austriaca que tuvo lugar entre 1740 y 1748. Durante este periodo, el castillo fue tomado por las tropas francesas.
Al terminar la guerra, los Habsburgo logran recuperar el control del castillo, pero, desafortunadamente, fue abandonado a finales del siglo XIX, quedando en un lastimoso estado de ruinas que perduró bastante tiempo. A decir verdad, gran parte de su esqueleto fue víctima del pillaje, por lo que se utilizaron sus sillares para edificar otros edificios.
Un día, cuando el rey de Prusia, Federico Guillermo IV viajó a la localidad, tuvo la intención de reconstruir el castillo de Hohenzollern por segunda vez. No obstante, tomó referencias e inspiración de los castillos ingleses y franceses, con ese típico estilo neogótico. De este segundo castillo solo se mantiene de pie la Capilla de San Miguel; todo lo demás es parte de una nueva construcción. En este tercer castillo se quiso mantener más del estilo anterior y se respetó la forma de la planta medieval del segundo.
El fuerte que se observa a día de hoy se terminó de construir en los tiempos de Guillermo I de Alemania, en el año 1867. Posee una fachada más caballeresca y menos de cuento de hadas. Ahora bien, pese a su monumentalidad, este castillo está concebido como un homenaje a los Hohenzollern, puesto que ellos nunca vivieron de manera continua en la fortaleza.
En su interior se observa como una escalinata lleva al salón de la ascendencia, por donde se entra al Salón del Conde, que ocupa la totalidad del ala sur. Debajo del Salón del Conde se halla la vieja cocina del castillo, hoy transformada en una Cámara del Tesoro en la que reposan las joyas y la corona de los reyes de Prusia. La Bóveda de crucería de la Sala del Conde está ornamentada con grisallas de Stüler y sus ventanas poseen arcos apuntados. Las mismas se sostienen gracias a ocho columnas independientes hechas de mármol rojo.
Al lado del Salón del Conde se alza la Torre del Emperador y el Nicho del Obispo. Si continua su camino hacia la biblioteca verá que está decorada con murales que cuentan la historia de los Hohebzollern. Por otro lado, la Torre del Margrave alberga la sala del Rey, mejor conocida como la habitación de Margrave.
De igual manera, el palacio en sí se puede contemplar como un museo al aire libre en forma de U que contiene capillas católicas y protestantes. Por encima de antiguas casamatas se posicionan los edificios de estilo gótico, cada uno se compone de tres pisos decorados con torres y pináculos.
Las cuatro torres del castillo de Hohenzollern se alinean con los baluartes. Al lado del edificio residencial principal, el Conde’s Hall, se sitúa la torre final, la Watch Tower, que curiosamente, funciona como escalera a la biblioteca y como asta de la bandera de los Hohenzollern.
Horarios, precios y ubicación del Castillo de Hohenzollern
Puede llegar al castillo en transporte público desde la estación de tren Stuttgart Hauptbahnhof hasta la estación de Hechingen. Una vez allí puede tomar un autobús directo al castillo de Hohenzollern.
El precio de la entrada al fuerte tiene un coste de 12€ la entrada general, 10€ la entrada reducida, 6€ la entrada especial para los niños y 28€ el pase familiar. No obstante, también se ofrece un recorrido más limitado que tiene un valor de 7€ para los adultos y 5€ para los niños.
El castillo abre sus puertas al público de 10:00 am a 4:30 pm entre noviembre y mediados de marzo. Y de 10:00 am a 5:30 pm de mediados de marzo hasta el mes de octubre.